jueves, 31 de diciembre de 2009

Leyendas de Zapotlan.


El tesoro del ColomboLa historia de Vicente Colombo, el bandido del Nevado “El Colima”Corría el año de 1775, y en México aún se encontraba bajo el dominio de los españoles. En varias partes de nuestro país empezaban a brotar algunos movimientos rebeldes, los que más tarde darían como resultado la guerra de Independencia.En algún pueblo del sur de Jalisco, había una vez un joven apuesto llamado Vicente. Vicente Colombo. Su característica principal era que, por lo regular, siempre estaba demasiado inquieto; haciendo travesuras aquí y allá. Pero siempre con un estímulo de superación, de llegar a ser alguien importante en la vida.Con el grupo de amigos de juegos traviesos, juegos que empezaban a ser peligrosos, se dispuso a formar una banda. Su principal objetivo, de ahora en adelante, sería asaltar las grandes y ricas caravanas y/o carruajes de los acaudalados españoles, y ello por la forzosa necesidad de apoyar movimientos rebeldes contra los gachupines. Cuando menos eso era su primera intención.Con el tiempo los asaltos de los bandoleros a los pueblos del sur de Jalisco, empezaron a inquietar a los españoles, procurando entonces una excesiva seguridad en sus bienes. Pero Vicente Colombo era muy astuto y nada se le dificultaba. Su nombre se convirtió en uno de los más temidos, y nadie deseaba encontrárselo algún día.Los constantes robos de Vicente Colombo, dentro de la comarca, ya no obedecían a los intereses primarios de su causa, si no que ahora lo hacía por gusto. Era fascinante experimentar tantas emociones. Y logró tener tantas riquezas que era necesario encontrarles un buen escondite, mismo que serviría como guarida de su banda de asaltadores.Entonces se dispuso inmediatamente a buscar un escondite seguro e impenetrable. De antemano él sabía cual podría hacer, y sin titubear se dirigió hacia las faldas del Volcán “Colima”. Sus constantes viajes y paseos por los alrededores del majestuoso coloso desde su niñez, hacían fácil el acceso para ellos, no así para sus posibles enemigos, que ahora se contaban por cientos, y que deseaban verlo tras las rejas.Mientras regresaba de su guarida, después de un gran asalto, se detuvo un momento, ya que había visto a la mujer más bella que jamás había conocido. Ordenó a sus compañeros que se adelantaran hacía el Volcán, mientras el averiguaba más sobre la hermosa mujer.Así lo hicieron, y pronto se adentraron a los escabrosos bosques, mientras el joven Vicente admiraba a la chica. A pesar de su liderazgo, Vicente era malo en cuestiones delicadas. No sabía cómo dirigirse a una mujer, ni qué decir o qué hablar. No se atrevió a hablarle y sólo se limitó a contemplarla, hasta que regresó a su guarida.Pasaba el tiempo, y la imagen de la joven estaba impregnada en la mente de Vicente así que, como buen asaltante, decidió robársela. Y así lo hizo, y pronto la muchacha se encontraba, llena de horror, dentro de las cuevas o subterráneos de aquel Volcán.Vicente dispuso que tuviera una dama de compañía. Y se robaron a otra mujer.Al paso del tiempo ella tuvo una hija. Una hija que era el fruto de Vicente Colombo. Pero quedó tan enferma, tan triste y tan amargada que falleció al poco tiempo de dar a luz. Ahora nada más le quedaba su hija, así que Vicente dispuso toda su atención en ella, que estaba al cuidado constante de su nana, que no era otra más que la otra mujer que habían robado.La hija del bandido, como se le conocía, se llamaba María, y al paso de los años crecía y su belleza era impactante. Radiante como una rosa de castilla.María no conocía más allá que los fríos muros de las cuevas y las bellezas naturales que adornaban el contorno del Volcán. Sin embargo, era muy educada y sabía leer y escribir. Fácilmente podía pasar como una verdadera dama. Y, además, era muy cariñosa con su padre, quien no escatimaba en llenarla de todos sus gustos.Cuando María cumplió quince años, ya entrado el nuevo siglo, conoció su verdadero origen, leyendo una carta que su madre le había dejado, donde le decía lo mucho que odió a su padre y cómo tan cruelmente la separaron de los suyos, haciendo que su vida se tornara oscura al lado de un bandido.María, entre la confusión de lo que leía, quiso salir a buscar a sus abuelos, los que vivían en Zapotlán, según se manifestaba en la carta, y de esa manera regresar con su verdadera familia.Pidió entonces a su padre que le permitiera, como regalo de cumpleaños, ir a Zapotlán y conocer gente y hacer una vida social. Vicente Colombo no quería aceptar, ya que sabía los peligros que correría María, si se daban cuenta que era hija de un bandido.Por fin, después de varios ruegos, Vicente accedió a cumplir el capricho de María, y pronto se instaló en Zapotlán, en una bella y grande casa de la calle de Reforma, a la cual llegó ataviada de los mejores vestidos y de excelente joyas, en un bello carruaje.Era la sensación en Zapotlán, y pronto todos querían conocerla, ya que era muy bella y distinguida pero, sobre todo, muy rica.Mientras que María hacía vida social en Zapotlán y trataba de conocer sus orígenes, Vicente seguía asaltando pero con menos frecuencia ya que deseaba reivindicarse ante los ojos de su hija y pensar que ella se sintiera orgullosa de él… a pesar de todo.Sin embargo, era demasiado tarde, María sabía todo sobre su padre. Su fama no se podía ocultar, y por ello se cambió el apellido.Al paso del tiempo, María conoce a un joven llamado Rafael, quien era militar. Ambos se enamoraron y se empiezan a frecuentar.Pero Vicente tenía otros planes para María, la quería vender con cierto Vizconde de Guadalajara, para que así su hija ingresara sin ningún problema a la alta sociedad de la Nueva Galicia.Al ver que su amor era imposible, María hace una serie de locuras, que la llevan al punto de delatar los planes de su padre y de demandarlo ante las autoridades.En una búsqueda constante y tenaz en torno a las faldas del Volcán, tratando de encontrar las cuevas o subterráneos y así localizar a Vicente Colombo y sus bandidos, se enfrentan ambos grupos, muriendo mucha gente, entre ellos Vicente.María, nuevamente confundida, decide ingresar a un convento en Guadalajara, mientras que su amado Rafael ingresa a las fuerzas armadas, que más tarde nos darían la libertad, y en donde fallece por la causa.Hasta la fecha nadie a podido localizar el fabuloso tesoro de Vicente Colombo, producto de sus innumerables asaltos, a pesar de las constantes búsquedas que se han hecho en torno a las cuevas o subterráneos del Volcán. Sigue siendo para todos un gran misterio

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